Aspectos básicos
- Comprueba si tu sistema tiene actualizaciones disponibles. Asegurarte de que tu sistema esté actualizado garantiza que tu consola reciba correcciones de errores esenciales y mejoras del sistema para evitar que se sobrecaliente.
- Asegúrate de que la ventilación no esté obstruida: Asegúrate de que la Xbox One tenga una ventilación adecuada. Asegúrate de que ningún objeto obstruya las rejillas de ventilación de la consola. Coloca la consola en un espacio abierto para permitir una ventilación adecuada. Asegúrate de que tu sistema tenga un espacio libre mínimo de 10 a 15 cm.
- Limpieza de la ventilación: La acumulación de polvo puede dificultar el flujo de aire y contribuir al sobrecalentamiento. Limpia con cuidado las rejillas de ventilación y los ventiladores con aire comprimido. Ten cuidado de no dañar los componentes internos.
- Mantén tu Xbox alejada de cualquier fuente de calor. Para que tu Xbox se enfríe, debe estar en un espacio donde la temperatura ambiente no cambie drásticamente. La temperatura ambiente ideal para tu Xbox debe estar entre +5 °C (+41 °F) y +35 °C (+95 °F).
Problema de software
Si tienes varias aplicaciones o juegos ejecutándose simultáneamente, esto podría provocar que tu Xbox consuma más recursos, lo que provocaría que el sistema se sobrecaliente más de lo habitual.
- Cierra todas las aplicaciones o juegos en el Modo Acoplar. Cerrar cualquier aplicación o juego en el Modo Acoplar reduce la carga del sistema y debería reducir la cantidad de calor que genera.
- También puedes apagar el sistema por completo para cerrar cualquier aplicación potencialmente problemática que esté causando el problema.
- Revisa tu configuración de consumo de energía. A veces, el problema podría deberse a la configuración de energía de tu consola. Prueba a cambiar al modo de ahorro de energía y comprueba si tu Xbox continúa sobrecalentándose.
Problema causado por accesorios de baja calidad
Los accesorios de baja calidad o de terceros podrían no proporcionar la energía o la refrigeración adecuadas para un rendimiento óptimo. Por ejemplo, algunos ventiladores de refrigeración de Xbox de terceros a veces pueden sobrecalentar la Xbox porque desvían el flujo de aire a una ubicación incorrecta.
- Retira todos los accesorios conectados. Esto incluye ventiladores externos, discos duros y accesorios de carga. Revisa tu Xbox para ver si el problema persiste.
- Prueba tus accesorios para ver si el problema se ha resuelto. Si tu consola ya no se sobrecalienta, intenta conectar los accesorios uno a uno para ver si el problema se produce con un accesorio en particular. De ser así, consulta la iFixit's extensive section on Xbox Accessories.
Polvo y residuos acumulados internamente
Aunque tus rejillas de ventilación estén limpias y sin polvo, podrías tener un problema de polvo y residuos acumulados en los componentes internos de tu Xbox. Además de los pasos que se detallan a continuación, consulta la guía de iFixit '[guía|36730|Reemplazo del ventilador de Xbox One]' para saber cómo acceder al ventilador.
- Apague la consola y desconéctela de la fuente de alimentación.
- Use aire comprimido o un cepillo suave para limpiar con cuidado las rejillas de ventilación y el ventilador.
- Asegúrese de que el ventilador esté limpio y gire libremente.
Problema causado por uso excesivo
Si usa la consola con frecuencia, el problema podría deberse a un uso excesivo del sistema. Debe dejar que la consola se enfríe antes de volver a usarla.
- Si ha jugado durante un período prolongado, considere tomar descansos para que la consola se enfríe.
- Apague la consola durante los descansos para que se enfríe más eficientemente. Lo ideal es esperar una hora para que la consola se enfríe.
Problema causado por daño interno del hardware
Si su consola sigue teniendo problemas, considere abrir su Xbox One para ver si hay algún daño interno.
- Revisa el ventilador de la consola para detectar daños o deformaciones. Asegúrate de que el ventilador de tu Xbox's cooling fan gire correctamente en su carcasa, esté conectado y reciba alimentación del chasis central. Si es necesario, reemplaza el ventilador defectuoso por uno nuevo product.
- Revisa el disipador de tu Xbox para ver si hay acumulación de polvo. Asegúrate de que las aletas del disipador estén limpias y sin residuos.
- Reemplaza el compuesto térmico debajo del disipador. La mayoría de los compuestos térmicos pierden eficacia con el tiempo, principalmente cuando se usan en sistemas con un uso intensivo. Considera cambiar el thermal Compound si has tenido el sistema durante un período prolongado. * Realice una inspección visual minuciosa de las placas base de la consola para detectar cualquier signo de quemaduras o componentes dañados. Si observa algún daño visible, como quemaduras o componentes que parezcan estar físicamente dañados, es probable que sea necesario reemplazar la placa base afectada. Lamentablemente, deberá reemplazar tanto la placa base como la unidad de disco, ya que son componentes emparejados.
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