Conceptos básicos
- Comprobar el nivel de batería: Asegúrate de que el mando tenga suficiente carga de batería. Conecta el mando a una fuente de alimentación mediante un cable USB y verifica si la batería se está cargando. Si es posible, intenta usar un cable USB o una fuente de alimentación diferente.
- Verificar las conexiones: Comprueba la conexión entre el mando y la consola. Vuelve a conectar el mando a la consola mediante un cable USB para establecer una conexión estable.
- Reinicia la consola: Reinicia la consola de juegos. Apágala, espera unos segundos y vuelve a encenderla. Este simple paso puede resolver los fallos de software que pueden estar provocando que el mando no responda.
Problema de software menor
En la mayoría de los casos en que el mando presenta algún problema, podría deberse a un problema con el software que te permite usarlo. Una de las formas más sencillas de resolver este problema es reiniciar el mando.
- Apaga la consola y desconecta el mando del cable USB.
- Localiza el pequeño botón de reinicio en la parte posterior del control.
- Presiona el botón con un objeto pequeño y puntiagudo, como un clip de papel desplegado (o un objeto similar). El botón está en un pequeño orificio junto al tornillo superior derecho en la carcasa exterior inferior.
- Mantén presionado el botón durante varios segundos y suéltalo.
Además, actualizar el firmware del control también puede resolver muchos problemas diferentes.
- Conecta el control a la consola con un cable USB.
- Ve a Configuración > Dispositivos > Controladores > Actualizar software del sistema.
- Si hay una actualización disponible, debes actualizarla. Esto resolverá problemas temporales con el software del control.
Problema de carga
Es posible que el control no se encienda debido a un problema con la carga. Tenemos una página de solución de problemas específicamente para la de carga. Sin embargo, tenemos algunos consejos básicos para que intentes cargarlo...
- Verifica la conexión del cable de carga: Asegúrate de que el cable USB esté conectado de forma segura al controlador y a la fuente de alimentación. A veces, una conexión suelta puede impedir una carga adecuada.
- Verifica el cable USB y la fuente de alimentación: Asegúrate de que el cable USB-C funcione y no esté dañado. También querrás asegurarte de que el cable esté cargado y sincronizado o cargado y con datos. También debes asegurarte de que la fuente de alimentación esté encendida y emita la cantidad adecuada para la carga.
- Limpia el puerto de carga de tu controlador: Inspecciona el puerto de carga para ver si está limpio. Si el cable de carga no queda al ras del borde inferior, es posible que el puerto esté obstruido si está en ángulo o tiene un ajuste flojo. Usa un aspirador y una herramienta pequeña para quitar la suciedad. Puede utilizar un palillo de dientes que haya sido raspado para que encaje o una herramienta no conductora Precision Cleaning Kit. Evita insertar cualquier objeto metálico en el puerto para evitar dañar el controlador o a ti mismo.
Batería defectuosa
Un punto de falla menor para un dispositivo alimentado por batería es la batería.
- Si has usado tu controlador durante un período prolongado, es posible que debas reemplazar la batería dentro de tu controlador. Es más probable que las baterías viejas dejen de mantener la carga. Considera reemplazar la batería por una nueva.
Placa base defectuosa
Si reemplazar la batería y el conjunto de carga no le permite cargar su controlador, el problema podría estar en la placa base.
- Desarma el controlador e inspecciona visualmente la placa base para ver si tiene daños (componentes rotos, quemaduras, daños por líquidos).
- Si es necesario, reemplaza la placa base del controlador por una que no esté dañada.
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