Estamos en verano. Hace calor. Todos pedimos helado a gritos. Pero es muy probable que el agotado personal de McDonald’s te diga que la máquina de helados está rota.
En un momento dado, alrededor del 10% de las máquinas de helados de McDonald’s están averiadas. Este verano tenemos la misión de solucionar este problema de dos maneras importantes: Nos metemos en las pegajosas entrañas de las máquinas de helados comerciales y en la ley de derechos de autor estadounidense que dificulta su reparación.
El colapso de la máquina de helados
¿Sabía que cuando una máquina de helados está “estropeada”, a menudo es sólo el software el que se interpone en el camino? Encerrado tras contraseñas y mensajes de error crípticos, incluso una simple reparación puede convertirse en una costosa llamada a un técnico.
Taylor, el fabricante de estas máquinas, mantiene un estricto control sobre los códigos de error y los manuales. Esto da lugar a frecuentes y costosas llamadas al servicio técnico, que suponen una parte importante de sus beneficios.
Nos encantaría poder crear una herramienta para leer los códigos de error y ayudar a los propietarios de franquicias a solucionar los problemas de sus máquinas. Pero la ley de derechos de autor dice “no”.
Para aquellos que no son aficionados a las leyes de derechos de autor: la Ley de Derechos de Autor del Milenio Digital (DMCA) tiene una sección (1201) que declara ilegal saltarse los bloqueos de software de los dispositivos, incluso para repararlos. Puede que esto tuviera sentido cuando se trataba de la piratería de CD, pero si avanzamos hasta nuestros días, nos quedaremos con la boca abierta.
Déjanos reparar la máquina de helados
Por eso nos hemos unido a nuestros amigos de Public Knowledge para pedir a la Oficina de Derechos de Autor que exima a las máquinas de helados de la DMCA (aquí está su declaración).
Cada tres años, tenemos la oportunidad de pedir a la Oficina de Derechos de Autor que exima a los equipos de la DMCA. Hemos conseguido exenciones para todo, desde iPhones hasta tractores. Pero hasta ahora, las máquinas de helados siguen siendo ilegales.
La concesión de esta exención nos permitiría hacer más cosas con nuestra máquina: En lugar de desmontarla, podríamos investigar el software. Podríamos aplicar ingeniería inversa a los códigos de error y averiguar cómo restablecerlos.
Pero sigue sin resolver el problema: la mayoría de los propietarios de franquicias McDonald’s no son piratas informáticos y no podrán averiguar por sí mismos cómo leer y corregir los códigos de error de la máquina.
Una empresa llamada Kytch intentó aportar una solución desarrollando un dispositivo que traducía los códigos de error en instrucciones sencillas. Sin embargo, Taylor y McDonald’s aplastaron rápidamente esta iniciativa, alegando “riesgos para la seguridad” no demostrados.
Por eso desmontamos una máquina de helados de McDonald’s.
Anatomía de un dulce
¿Qué hemos encontrado? Un montón de piezas fácilmente sustituibles: un intercambiador de calor con tuberías de cobre, un motor y una correa, y tres placas de circuito impreso… sin más herramientas, no vamos a meternos con el compresor grande, pero no hay nada aquí que esté más allá de lo razonable para alguien que conozca sus destornilladores.
Echa un vistazo al vídeo completo, porque no hay nada como un helado acompañado de (micro)patatas fritas.
Aunque la oficina de derechos de autor acceda a conceder la solicitud de exención que hemos presentado hoy, no podremos compartir con usted lo que encontremos en el cerebro de nuestra propia máquina a menos que cambiemos por completo la ley de derechos de autor.
Por eso también pedimos al Congreso que reintroduzca la Ley de Libertad de Reparación, que haría que las herramientas de reparación también fueran legales, eximiendo permanentemente todas las actividades de reparación de la Sección 1201 de la DMCA. Hasta que consigamos esa exención total, la reparación de máquinas de helados seguirá sin funcionar.
No luchamos sólo por un dulce; luchamos por el derecho a arreglar las cosas, por la libertad de propiedad y… bueno, sí, también por ese dulce.
En iFixit soñamos con un mundo en el que cada antojo de helado de McDonald’s termine en satisfacción. Un mundo en el que los helados siempre estén en el menú y los dispositivos sean realmente nuestros. Hasta entonces, mantén tus cucuruchos preparados y el ánimo alto, porque el cambio está en el horizonte, y sabe mucho a McFlurry.
¿Quieres ayudar? Encuentra una organización de defensa de la reparación cerca de ti para hacer oír tu voz.
Este artículo fue traducido por Mariana Roca
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