El Mac ha vuelto, otra vez. Es decir, el Mac Pro. Tras un paréntesis de 4 años, el Mac de sobremesa ultramodular está de vuelta y es más potente que nunca… a un precio. Y no estamos hablando del coste de un dispositivo de 6.400 euros, sino de piezas patentadas y no actualizables.
Echa un vistazo al vídeo a continuación para ver un poco de la dulce acción de rallar, o sigue leyendo para el tl;dw.
En general, me encanta un sándwich de cumplidos, dejar la crítica en el centro con una suave envoltura a cada lado. Pero a veces el aparato merece un poco de amargura, con sólo un dulce respiro central. Así que aquí va:
RIP RAM Modular
El Mac Pro de 2019 tenía bastante capacidad, lo que permitía muchas actualizaciones, y el 2023 lleva esto aún más lejos. Con gráficos y RAM integrados, el interior es realmente estéril. Este movimiento permite un procesamiento ultrarrápido con el M2 Ultra, pero también bloquea futuras actualizaciones. Se acabaron las sustituciones o adiciones de memoria RAM, te quedas con la configuración que compraste.
Minimalismo maximizado
Es fenomenal la escasez de cables en esta máquina. Las placas son láminas modulares que se conectan a la placa lógica dejando cables enredados a los palurdos del PC. Tarjetas de E/S modulares (eso sí, puertos no modulares), fuente de alimentación plug and play, ventiladores con contacto de muelle. Pero eso no es particularmente nuevo, lo que ha cambiado desde la edición de 2019 es la mejora de la extracción del disipador de calor y la colocación del SSD.
El disipador de calor es una bestia, y lo suficientemente diferente del modelo anterior como para que los manuales oficiales de Apple no sean suficientes para quitarlo. Pero, eso no es necesariamente algo malo. El behemoth de aleta de calor de 2019 requirió un conductor ultra largo para llegar a los tornillos T15 que lo aseguran a la placa lógica. Este año el proceso es mucho más suave, siempre y cuando tengas la documentación adecuada. O en mi caso, sólo un montón de ensayo y error.
Ya no está oculto, el SSD es inmediatamente accesible. Gracias en parte a la falta de RAM actualizable, las ranuras SSD han recibido, bueno, una actualización. Pero eso nos lleva al trago amargo final.
SSD— Tristeza y decepción
Apple lleva un tiempo usando SSDs blade M.2, pero a pesar de su formato fácilmente intercambiable, rara vez son compatibles con opciones de terceros. Nuestra unidad tiene una unidad robusta y una ranura de repuesto, pero esa ranura es, en el mejor de los casos, una futura actualización demasiado cara -si Apple vende las piezas- y, en el peor, un recordatorio de lo que no podemos tener.
Con el lanzamiento del Mac Pro (¿recuerdas cuando lanzaron guías? ¡qué locura!) y con el glacial despliegue del Programa de Autoservicio, nuestras esperanzas aumentaban a regañadientes. ¿Quizás Apple se comprometa con la modularidad y las actualizaciones reparables por el usuario? Hasta ahora parece que el soporte es caro y esporádico -algunos dispositivos esperan un año entre el lanzamiento y el soporte parcial.
Nos encantaría conocer la opinión de los profesionales a los que supuestamente va dirigido este Pro. ¿Es suficiente la configuración en el momento de la compra? ¿Merecerá la pena el riesgo de la memoria integrada? Nos encantaría conocer tu opinión. Hasta entonces, seguiré rallando queso con mi rallador de 6.400 euros. Saludos.
Este artículo fue traducido por Mariana Roca
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